Quizá la chispa de la vida no consista en los alcaloides de la planta de
coca que, según dicen, se añaden a ciertas bebidas refrescantes, ni en el número
de experiencias sexuales que uno/a pueda obtener en un día; ni siquiera en los
millones de dólares que se puedan ganar en los negocios.
¿Qué es la chispa de
la vida?
Pues algo tan tonto como que cada uno pueda disponer de su propia
vida como mejor guste, para bien o para mal, pero siempre para aquello que haya
decidido hacer.
Un conocido me habló de una chica que con sólo veintidós años
estaba terminando dos carreras, una de ellas en una universidad estatal y la
otra en una de pago. Además tenía dos trabajos, uno típico, con su horario
normal y corriente y más o menos mal pagado; el otro de prostituta. Cuando oyes
hablar de alguien así te das cuenta de que estás perdiendo el tiempo en cosas
que no te importan, ni a tí ni a nadie.
Cuando alguien lucha su futuro de
modo tan fiero, aprovechando hasta el último resquicio de oportunidad, ¿qué nos
queda a los demás?
Cuando llegan nuevas ideas al mundo del trabajo con
dientes de perro y labios de seda, con sonrisa de angel y pupila de diablo, tal
vez signifique que las cosas se pueden hacer de otro modo.
Yo me rindo, no
por débil, por confuso. Demos paso a nuevos seres, demos paso a todas aquellas
ideas que no se nos han ocurrido a nosotros, tal vez porque nos estábamos
promocionando como propietarios del espacio, también del Espacio, aquello que,
como Dios, dicen, es más grande que la mente humana, y por tanto no cabe en
ella.
Cuando pienso en un baboso que pudiera querer mis servicios sexuales y
en mi reacción al respecto, creo que no seía muy profesional. Le daría una
paliza, o más probablemente, saldría corriendo. Es el problema de tener que
estar bien entrenado para un futuro interesante. Cuestión de
prostituírse, ¿y cuantos tipos de prostitución hay? De todas las maneras, si la
competencia por un futuro tiene que ser tan dura, es que en el pasado algo mal
se ha hecho, y en el presente también. que cada cual busque su chispa a la vida,
y a mí, que me dejen dormir.
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