martes, 15 de noviembre de 2011

EVOLUCIÓN HUMANA, ¿HACIA QUÉ?

A lo largo del tiempo la especie humana -mejor dicho, las distintas especies humanas- han evolucionado biológicamente en respuesta a los cambios que han surgido en su entorno natural. El hombre aprendió primero a caminar erguido, esto le permitió tener las manos libres para manipular objetos; su mandíbula se redujo a la par que sus dientes al consumir alimentos cada vez más fáciles de masticar, sobre todo gracias al descubrimiento del fuego que permitía su cocción; al tiempo, la caja craneana aumentaba de tamaño para dar albergue a un cerebro cada vez más grande y más potente; las cuerdas vocales se desarrollaron y apareció el lenguaje articulado...
Hasta que desarrolló herramientas y utensilios tan sofisticados que, en apariencia, ya no necesitó evolucionar en términos biológicos, ya que podía adaptar las condiciones del entorno a sus necesidades en lugar de adaptarse el ser humano a su hábitat.
Digo en apariencia, porque los humanos no podemos estarnos quietos y siempre tendemos a complicar un poco más las cosas. También es cierto que el hombre, como dijimos arriba, ha cambiado la evolución biológica por la llamada evolución social, es decir, que se transforma en un entorno creado por él mismo y condicionado por la cultura y la civilización.
Ahora, que parecían desfasadas aquellas concepciones que afirmaban hace unos decenios que el hombre en un futuro más o menos lejano estaría dotado de un cabezón enorme para dar cabida a un cerebro súper desarrollado, y un cuerpo enclenque, ya que con tantos dispositivos no le sería necesario realizar el menor esfuerzo físico, aparece el genoma.
Es cierto que ya no necesitamos evolucionar físicamente (de momento) para dar respuesta a los retos que nos lanza la naturaleza pero, como he dicho, no podemos estar quietos; por esa razón se han creado, por una parte, una serie de implantes ortopédicos que, en la mayoría de los casos, son muy beneficiosos para los usuarios, ya que les permiten andar, manipular, oír o incluso respirar. Otros, en cambio son más bien superfluos, como las prótesis de silicona, que en muchas ocasiones son absolutamente innecesarios, aunque se insista en diversos medios en que ayudan psicológicamente a quien las lleva - No nos engañemos, las opiniones vertidas en estos medios son a menudo simple publicidad encubierta que, con un barniz pseudo científico se utilizan para beneficiar a las industrias del ramo - una cosa es poner un implante de silicona a una mujer que ha sufrido una mastectomía y otra ponerse los labios más gordos sin necesidad. Espero que no se continúe exagerando esta tendencia o acabaremos pareciendo una mezcla de Robocop y el Inspector Gadget.
Por otro lado, en la era de la manipulación genética ya es posible la clonación de seres humanos, con lo que si te descuidas, cualquier día te ves a ti mismo tomando café en el bar de la esquina, o sorpresas similares.
Ya se pueden elegir los hijos "a la carta"; la tecnología potenciando el racismo. Imaginad a todos los padres queriendo tener hijos altos, rubios, con los ojos azules y súper inteligentes: el sueño de Hitler. ¿Y el resto qué? ¿a la basura?

También los científicos nos hablan de la detección anticipada de las posibles enfermedades que podamos contraer merced a las tendencias genéticas. ¡Lo que nos faltaba! Lo que van a tardar las empresas en solicitar estudios genéticos de los aspirantes a un empleo, para eliminar a aquellos susceptibles de desarrollar en un futuro lejano enfermedades peligrosas. Los conocimientos sobre genética no sirven hoy por hoy para curar todas las enfermedades, pero si pueden servir como factor de discriminación, lo cual no me parece un gran adelanto.
En los años ochenta hubo un movimiento dentro de la literatura de ciencia-ficción denominado Cyber Punk. Algunos autores de esta tendencia escribían sobre un futuro en el que el hombre, tal como lo conocemos, ya no existe. La humanidad se ha dividido en dos facciones que luchan entre sí: los mecanicistas, que han sustituido gran parte de sus órganos por instrumentos biónicos artificiales, y los reformistas, individuos mutados mediante la manipulación genética. Es un mundo dominado por una filosofía denominada poshumanismo, un mundo oscuro y peligroso, sin mucho sentido. Inhumano, en definitiva.
Creo que tanto los científicos, como las grandes empresas del sector deberían detenerse a pensar si están actuando con responsabilidad. Quizá un poco de ética humanista por su parte consiga que estos adelantos sean beneficiosos para la humanidad, porque la alternativa quizá sea ese mundo absurdo que crearon los muchachos del Cyber Punk.

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