domingo, 11 de diciembre de 2011

Ervin Goffman: La presentación de la persona en la vida cotidiana

      Ervin Goffman, sociólogo que se ha especializado en el comportamiento de
      grupos reducidos de personas, nos muestra en su interesan obra "La
      presentación de la persona en la vida cotidiana" las relaciones entre los
      individuos como una puesta en escena en la que la persona trata consciente
      o inconscientemente de manipular la impresión que los demás reciben de
      ella. Se trata de un estudio microsociológico que se enmarca dentro de la
      escuela del interaccionismo simbólico; su base empírica es la observación
      del comportamiento interactivo de los habitantes de Shetland, isla situada
      al Norte de Gran Bretaña, principalmente de las personas que conviven en
      un hotel de la isla. También se incluyen estudios recogidos en tesis de
      alumnos de la Universidad de Chicago.
      Lo que se nos trata de mostrar es que el individuo muestra en su vida
      corriente una máscara o fachada que sirve para una puesta en escena de
      acuerdo con una situación dada y con una personalidad que se forma a
      partir de pautas culturales propiamente locales y cerradas en torno sus
      vivencias. Así, el actor se mostrará ante los demás como él considera que
      los demás le ven en relación con su rol y estatus, es decir que trata de
      actuar de acuerdo con lo que cree que esperan de él.
      La puesta en escena se puede realizar individualmente o en equipo; los
      miembros del equipo se apoyarán mutuamente tanto mediante expresiones
      verbales como no verbales, pueden ser intercambiables según las
      necesidades, e incluso si algún miembro no guarda las relativas normas de
      "complicidad" puede ser eliminado, teniendo como alternativa el posible
      acceso a otro equipo rival. Un equipo lo pueden formar desde dos personas
      en adelante, así, un matrimonio formaría un equipo, otro lo podría
      integrar un grupo de ejecutivos de una empresa frente a otro de clientes
      etc.
      La dramatización de los actos se realiza dentro de un entorno físico que
      se denomina escenario; en él los actores desarrollarán su puesta en escena
      ante un auditorio que es el interlocutor al que hay que convencer. Se
      manipula a la audiencia mediante poses que muestran lo que el actor
      considera que se espera de él , en unos casos porque así se ve a si mismo,
      en otros porque aparenta ser lo que no es (normalmente más de lo que es).
      El auditorio juzga lo que observa pudiendo darse el caso de que un juicio
      sea negativo, por ejemplo si existe incoherencia entre lo expresado
      verbalmente y las manifestaciones no verbales (miradas, gestos de las
      manos, etc) o bien debido a una indiscreción de otro miembro del equipo
      que ponga en evidencia toda la actuación, echando por tierra el efecto
      dramático. 
      Si hay un lugar - escenario - donde se muestran los actores, también habrá
      un lugar donde estos se ocultan del auditorio, a este lugar se le denomina
      "trastienda". Aquí es donde los individuos se muestran tal y como son: las
      mismas personas que lisonjean a los clientes de un hotel cuando están en
      escena pueden, por ejemplo, burlarse de ellos o criticarlos. También
      pueden observar conductas "impropias", como descalzarse, emitir sonidos
      extraños o hacer muecas. Es obvio que a la trastienda no debe entrar nadie
      del auditorio, su presencia dentro de este entorno se considerará
      inoportuna, dando lugar a una redefinición de la situación (normalmente
      mediante el disimulo).
      También se puede evitar este problema adelantándose a él. Puede bastar
      cualquier tipo de seña de alguien del equipo que esté atento a esta
      circunstancia para que el o los individuos cambien su conducta o bien
      alguien del equipo desvíe la atención del intruso. 
      Los equipos, para fijar su propia identidad necesitan de otros equipos que
      actúen como referencia. Esta referencia la puede indicar la diferente
      naturaleza del otro, referida a su diferente clase social o a pautas
      culturales distintas. De este modo, un equipo perteneciente a una clase
      social determinada puede menospreciar a una clase considerada inferior,
      pero por otra parte, la existencia de esta clase justifica los procederes
      de la clase superior para sí. Un ejemplo de esto es la hora del té en
      Shetland; las familias de clase media se invitan unas a otras, pero no
      invitan a los campesinos porque lo consideran impropio. Sin embargo, este
      acto no tendría tanto sentido si no hubiera una clase campesina a la que
      no se invita.
      Los individuos, además de justificar sus actos y de mostrarse en público
      ofreciendo una imagen que ellos consideran airosa, también tienden a
      ocultar aquellas particularidades que pueden perjudicarles ante los demás.
      Para ello se pueden proveer de "cómplices" que les ayuden en dicha
      ocultación. La utilización de otros también puede servir para mostrar la
      posición social del actor. En tiempos pasados era un signo de estatus
      elevado el hecho de tener criados que no tenían un cometido concreto.
      Prueba de ello (el autor no lo incluye en su texto) era la enorme cantidad
      de criados que había en la España del Siglo XVII, sobre todo en las
      grandes casas de la nobleza, donde una buena parte de ellos cumplían la
      función de mostrar la alta posición de sus señores. Otra muestra de esto
      es la tenencia de amantes como forma de ostentación en la Francia del
      Siglo XVIII.
      Por último, me parecen dignas de mención aquellas partes en las que el
      autor nos muestra una serie de comunicaciones verbales o no verbales entre
      miembros de un equipo cuando se trata de ocultar o desviar cualquier
      impresión del auditorio respecto a una situación creada en ese momento en
      el escenario. Al primer tipo pertenecen las jergas, ya sean profesionales
      o de grupos (jóvenes, delincuentes) aunque en estos últimos casos puede no
      tratarse tanto de un lenguaje de ocultación como de una muestra
      subcultural propia. En cuanto al segundo tipo, se nos muestra una serie de
      ejemplos relacionados con actividades comerciales o interacciones en el
      ámbito de los servicios (en el hotel de Shetland ) en las que se observan
      desde gestos de complicidad hasta auténticas demostraciones de manejo de
      una situación.
      Esta obra es una muestra de una concepción microsociológica que se
      encuentra muy próxima a la psicología social. En ella las estructuras son
      mínimas, estas se muestran en los equipos, aunque la formación de un
      equipo puede ser circunstancial. Los individuos pueden cambiar de equipo
      según la situación. Lo que da cohesión a los individuos son las
      interacciones, dependiendo de funciones y contingencias.

     

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