viernes, 13 de abril de 2012

Días de fútbol


 Manuel estaba absorto en el partido cuando llegó María a casa. El Atlético empataba a uno pero empezaba a flaquear; María dejó las bolsas sobre la mesa del salón mientras Manuel se mordía las uñas.
- Manuel, tenemos que hablar
- Dime, cariño -contestó Manuel con aire de interés vago, más bien ninguno.
- Manuel, hace un tiempo estoy viendo que algo no funciona en nuestra relación, siempre te noto ausente...
Manuel seguía ausente, en efecto, el comentarista voceaba el último lance del partido:
- El árbitro se acerca al nueve blanquiazul y le amonesta verbalmente, después de simular su caída, pero de momento no le va a sacar tarjeta...
- ¡Manuel! ¡No me estás escuchando!
- Que si cariiiiño, que te escucho...
- El partido se reanuda -seguía el locutor- los visitantes vuelven a la carga...
- Manuel, creo que ya no estás interesado en mí, y yo ya estoy harta de esta situación, ya ni siquiera me miras, no me contestas cuando te hablo...
- Te estoy escuchando, cari - contestó Manuel distraído mientras seguía la evolución del partido.
- Mucho nos tememos que si el atlético sigue con esta actitud de apatía va a perder lo que a principio de temporada había ganado con tanto esfuerzo -peroraba el televisor- y desde luego este equipo no está para muchas alegrías, pero no adelantemos acontecimientos; un partido dura noventa minutos y aun puede saltar la sorpresa.
- Te lo advierto -dijo María con los brazos en jarras- hay por ahí otros... otras personas que si se interesan por mí y... o cambias de actitud o yo...
- ¡Falta, joder! -gritó Manuel- ¡Eso es una falta como una catedral!
María se colocó delante del televisor.
- ¡No aguanto más! Te lo quería haber dicho de otra manera, pero veo que sigues siendo estúpido e insensible y...
- Quita del medio, que no veo!
- Están formando la barrera para el lanzamiento de la falta, el trencilla ordena que se retrasen un metro -decía la voz detrás de María- Esta es la oportunidad del atlético para enderezar el partido, el árbitro ha pitado libre directo tras perder la verticalidad el delantero atlético; del acierto o el fallo en el remate puede depender la futura tranquilidad de este equipo.
- ¡Pero te quieres apartar! Si te estoy escuchando.
- Si Manuel, claro que me voy a quitar de en medio -dijo ella con un suspiro, recalcando las palabras; se apartó y se puso a revolver en las bolsas que había traído.
- ¡Ha fallado! -rugió el comentarista- Qué gran oportunidad ha perdido, ahora las cosas se le ponen muy cuesta arriba...
- Sabes...-titubeó ella, hablando de espaldas a Manuel- he vuelto a ver a Luis... dos o tres veces... me lo encontré hace tres meses y... pero no pienses... solo hemos comido juntos, hemos charlado...
- Si cariño...
- No sé...me he sentido bien con él... viva... contigo en cambio...me siento sola
- ¡No, joder, otra falta!
- ¿Me escuchas? Me ha pedido que vuelva a vivir con él, y ya me he hartado, me voy...
- ¡Penalti! -gritó el locutor- penalti contra el Atlético. Han tirado por la borda el partido, ahora ya no hay solución.
- Lo que faltaba, otro partido que nos roban -dijo Manuel a gritos
- Escucha, Me voy con Luis ahora mismo. Ya volveré a recoger mis cosas, y en las bolsas tienes comida para unos días...cuando acabe ese partido ya no estaré, ¿te enteras?
- Que si, cariño - Manuel se comía las uñas mientras el jugador tomaba carrerilla para lanzar.
- ¡Gol! Ha marcado el equipo visitante casi sin tiempo para remontar, se está organizando una tangana porque los visitantes no quieren soltar el balón y los atléticos han perdido los nervios. El colegiado saca tarjeta roja al siete rojiblanco, que tiene que retirarse a las duchas cuando apenas queda tiempo... y efectivamente, el árbitro pita el final del partido...
Manuel se incorporó cabizbajo, maldiciendo a su equipo y al árbitro y a la madre que los parió. De pronto recordó a María.
- María, ¿Qué es lo que querías contarme? ¿Me traes una cerveza si estás en la cocina? ¿María? ¿Estás ahí...?

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