jueves, 24 de enero de 2013

Apuntes de arqueología: Teotihuacán

Teotihuacán es una de las culturas más antiguas y misteriosas de América, tratemos de desbrozar alguna parte del pasado de este pueblo.
Periodización de la cultura teotihuacana
A partir del siglo I a. de C. se impusieron algunas tribus llegadas de las costas del Golfo.

La autoridad político-religiosa se fortaleció y dio origen a la construcción de grandes monumentos para uso de los sacerdotes: pirámides del sol y de la luna, el templo de Quetzalcóatl, el dios-serpiente emplumada que se hallaba en estrecha relación con la divinidad de la lluvia y de la fertilidad, Tláloc.
Teotihuacán, al contrario de las ciudades mayas, no fue sólo un centro religioso, sino también una gran ciudad, capital de un poderoso imperio teocrático, que irradiaba sobre México, y que recuerda el poderío del antiguo Egipto.
Entre el año 300 y el 650, la civilización de Teotihuacán conoció su máximo desarrollo. La capital era, en aquella época, una ciudad gigantesca, construida sobre un eje longitudinal. La mayor parte de los edificios religiosos era de forma piramidal (ya fuesen pirámides de cuerpos superpuestos en gradas, ya fuesen pirámides de muros continuos).
La ciudad, de 142 kilómetros cuadrados, comprendía grandes conjuntos que albergaban a la multitud de los sacerdotes y de los asistentes que tomaban parte en ininterrumpidas ceremonias religiosas.
Los habitantes de Teotihuacán llevaban adornos en los labios y en la nariz, cadenillas en los tobillos, y collares o pectorales sobre los trajes tejidos con fibras vegetales (algodón, yuca y pita), teñidos con colores minerales.
Los sacerdotes vestían fastuosos ropajes policromos, en los que se engastaban jades y conchillas, y llevaban suntuosos tocados hechos de grandes plumas de quetzal.
La sociedad de Teotihuacán estaba cuidadosamente dividida en varias clases, según las funciones y el origen de cada ciudadano, y estaba gobernada por reyes-sacerdotes, hijos de los dioses. La clase sacerdotal tenía como único deber el de celebrar todas las ceremonias religiosas.
Se rendía un culto a todos los fenómenos naturales (lluvia, trueno, fuego, Xiuhtecutli, etc.), pero principalmente a Quetzalcóatl y a Tláloc, que estaban considerados como los fecundadores de la tierra.
Tláloc tenía su residencia en las cimas de las más altas montañas: Allí reunía las nubes distribuidoras de la lluvia, tan preciosa como el jade y la esmeralda.
Los sacerdotes elaboraron toda una concepción religiosa muy complicada, en la que se encuentran influencias de casi todas las civilizaciones de la América Central, y que se transmitió hasta los aztecas.
Xochipilli. Idolo que representa al dios azteca de la alegría, la música y la danza.
A partir del siglo VIII, varias invasiones provocaron la decadencia y el ocaso de Teotihuacán.


Los zapotecas


Más al Sur, los zapotecas fueron contemporáneos de Teotihuacán. El centro de origen de la civilización zapoteca se sitúa en Monte Albán, ciudad construida en terrazas sobre la cima de las montañas que dominan el valle de Oaxaca, al sureste de México. Monte Albán nos revela el genio constructor de aquel pueblo.
Urnas funerarias zapotecas, pertenecientes a Monte Albán II y III respectivamente.

Se practicaba sobre los lactantes la deformación del cráneo, y, más adelante, se limaban los dientes de los adolescentes para incrustar y fijar en ellos piritas y turquesas.
En esta ciudad se levantaban muchos observatorios, porque los zapotecas, como los mayas, tenían amplios conocimientos astronómicos. También tenían un calendario muy preciso, y escribían sobre pergamino o grababan en la piedra los acontecimientos de su historia, acompañándolos de exactas indicaciones geográficas.
Sepultaban a los muertos según su condición social, bien en necrópolis como la de Mitla -"la casa de la felicidad", que era la sede del "Gran Vidente", el jefe de la clase sacerdotal-, bien en tumbas o directamente en la tierra, acompañándolos siempre con ofrendas.
A veces, la familia del difunto sacrificaba esclavos y perros que debían servir de guías al muerto, en su viaje por el mundo subterráneo.
Urna funeraria en forma de divinidad.

La autoridad política del pueblo zapoteca fue ejercida, primero, por los sacerdotes, pero, como entre los mayas del Nuevo Imperio, este poder se escapó de sus manos para pasar a pertenecer a algunos jefes militares.

Cesteros y Pueblos


Las civilizaciones de los Cesteros y de los Pueblos. Antes de estudiar los movimientos que transformaron la América Central en los siglos IX y X, remontémonos ahora hacia las regiones ocupadas actualmente por México septentrional y por los Estados Unidos sudoccidentales, donde encontraremos a los pueblos descendientes de la arcaica cultura de Cochise.

La civilización de los Cesteros (o Basket-Makers) debió de comenzar a principios de nuestra era, prolongándose hasta el siglo VIII, en que apareció la cultura de los Pueblos.
Fue especialmente en las cavernas de Utah y de Arizona donde se encontraron las huellas del pueblo de los Cesteros, que todavía no conocían la cerámica y que se habían quedado en el estadio de la fabricación de cestas entretejidas.
Aquella industria del cesto, por lo demás, había sido elevada por aquel pueblo a un alto grado de perfección, adaptándose a todas las formas y a todos los usos requeridos por los trabajos de la vida cotidiana.
Unos cestos, impermeabilizados mediante un revestimiento de goma, se empleaban como cubos, y otros, cuyo interior estaba revestido por una capa de arcilla, se utilizaban en la cocina: en aquellos recipientes se ponía la comida y se los metía entre piedras calientes.
Los Pueblos poseían una cultura mucho más elevada, conocían la vajilla y habitaban en auténticas ciudades, algunas de las cuales debían de contar con más de 1.500 habitantes, como la de Azrec, en Nuevo México.
Estas ciudades estaban construidas en hemiciclo, y los habitantes iban superponiéndose.
Los Pueblos eligieron sus asentamientos en rellanos montañosos, de difícil acceso. Los edificios se construían con ladrillos secos (adobe), y luego en mampostería.
Los Pueblos son los antepasados de las tribus que viven todavía hoy en los Estados Unidos, en las "reservas" al sur de las Montañas Rocosas, como los Hopi.

@Pacoespada1

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